ESTOS DÍAS TELEDEPORTE ESTÁ REPONIENDO HISTÓRICOS PARTIDOS DEL BÁSKET NACIONAL. APARTE DE ACERCARLOS A LAS GENERACIONES MÁS JÓVENES, SIRVEN PARA ENTENDER UNA FORMA DE JUGAR Y UNAS NORMAS QUE POCO TIENEN QUE VER CON LAS DE ENTONCES. VAMOS A FIJARNOS A PARTIR DEL ESPAÑA-URSS DEL EUROBÁSKET DE 1983

En este periodo de confinamiento en casa, varias cadenas están reponiendo históricos momentos del deporte español, y en el caso del baloncesto destaca la cobertura de «Teledeporte» gracias al enorme archivo que cuenta con el que cuenta TVE y que están emitiendo y posibilitando al espectador disfrutar con una buena calidad (dentro de los medios de aquella época) de unos partidos que en la mayoría de los casos sólo era posibles encontrar en «Youtube» porque algún usuario había subido su grabación en VHS, con lo que la imagen ya estaba deteriorada.

Nos estamos encontrando con diversos encuentros, principalmente de los años 80 y 90 que nos pueden ayudar mucho a entender la forma en que se jugaba al baloncesto y cómo ha evolucionado este deporte. Recomendamos sentarse tranquilamente a verlos, no tanto por revivir momentos históricos, si no porque a los más jóvenes (y a los que no lo son tanto) les va a sorprender diversas situaciones que probablemente no conocían tanto a nivel de normas como a nivel de juego que hoy en día serían impensables. Pero si la sociedad y el mundo ha cambiado mucho en los últimos años, lo lógico es que el deporte y el baloncesto en particular hayan evolucionado como lo hayan hecho.

Analizando las retransmisiones, con los años ochenta, poco puede tiene que ver: una cámara fija y un par de ellas de fondo para las repeticiones, pero ya estaban dos comentaristas míticos que si comenzasen hoy en día seguramente serían vapuleados por su estilo, pero a los que muchos echan de menos: Ramón Trecet y Pedro Barthe.

Ambos con un ritmo de retransmitir que hoy en día sería percibido como muy lento. En el caso del primero, recordado por ser quien introdujo las retransmisiones de la NBA, con aquel mítico «Cerca de las Estrellas» y que nos enseñaba un baloncesto y unos jugadores que estaban a años luz del resto del mundo. Trecet, periodista polifacético, que lo mismo te demostraba ser una de los profesionales con mayor conocimiento baloncestístico en el país que te presentaba por las tardes un programa de música «New Age» en Radio 3. Sus detractores lo tachaban de «pedante» aunque actualmente es reconocido y echado de menos por muchos.Retirado de la profesión, su perfil de Twitter cuenta con un gran número de seguidores.

Y ¿qué decir de Pedro Barthe? Durante más de 25 años la voz de las retransmisiones de la ACB y la selección española, hasta que en el año 2007 se acogió a una prejubilación de Televisión Española, junto a otros míticos como José Ángel de la Casa. En su caso, son muy recordados los repentinos momentos en que una retransmisión que comenzaba calmada se convertía en pasional, hasta el punto que si tenía que críticar abiertamente a un árbitro por sus decisiones o incluso llegar a hablar abiertamente de «robo» lo hacía, algunas veces desde un punto de vista más emocional que racional. Dos estilos de narración a la vieja usanza que hoy en día ya no se ven, ya que las retransmisiones y los códigos se han profesionalizado y mucho en todos los sentidos.

UN EJEMPLO DE LOS AÑOS 80: ESPAÑA 95-URSS 94 (SEMIFINALES EUROBASKET 1983)

Resulta muy recomendable ver ese partido que repuso este viernes, 27 de marzo, Teledeporte. Seguramente estará en unos días en la plataforma RTVE a la carta, aunque algunas personas a nivel particular lo habían subido a Youtube de grabaciones en VHS… Sorprenden unas cuantas cosas.

El Eurobásket de Francia de 1983 fue la primera medalla de la gran generación donde destacaban Fernando Martín, Epi, Romay, el «nacionalizado» «Chicho» Sibilio, José Luis Llorente, Nacho Solozabal, Andrés Jiménez y el más veterano Juan Antonio Corbalán, a quien era una auténtica pasada ver los clínics que daba en esa época desde el puesto de base, posiblemente el mejor europeo de la época. La España entrenada por Antonio Díaz Miguel llevaba dos tres años seguidos «rozando el palo» con cuartos puestos en los JJOO de Moscú (1980), el Eurobásket de Checoslovaquia (1981) y el Mundobásket de Colombia (1982).

En la cita celebrada en su fase final en Nantes, España tuvo partidos «a cara de perro» y se clasificó para semifinales como segundo de un grupo en la primera fase donde sólo perdieron ante Italia por un punto pero fueron capaces de imponerse a Yugoslavia y dejarla fuera de la lucha por los metales. El cruce era ante una URSS que había tenido una primera fase mucho más benévola en cuanto rivales.

Y la gesta española es muy meritoria, además del componente anímico de asegurar una medalla que era la segunda de la historia del básket nacional (después de la del europeo de Barcelona de 1973). Era un equipo de gran talento y ganar a la temible URSS tenía su mérito, aunque no nos engañemos, siendo aquel equipo dirigido por Gomelski un gran equipo estaba en plena transición, contando con jugadores en sus últimos años como Myshkin o Eremin, y siendo ya su gran figura un jugador de 18 años llamado Arvydas Sabonis. En aquella edición no había participado Tkachenko y otras grandes figuras como Kurtinaitis, Volkov, Omicius o Tikhonenko llegarían años después para convertir a la soviética en una selección temible.

Sólo la Italia liderada por un gran Dino Meneghin apartó en la final del oro a España, tal y como sucedería 16 años después (1999) y de nuevo en Francia con una generación «azzurra» liderada por Gregor Fucka y Carlton Myers, mientras que por los españoles destacaban Alberto Herreros y Alfonso Reyes entre otros.

Pero centrándonos en esa semifinal de 1983, sin duda lo más recordado fue el tiro de Epi a falta de 9 segundos para sentenciar el choque, que es lo más proyectado del partido. Quien viese el choque desde el inicio se quedaría podría comprobar que España fue por delante casi todo tiempo y en la segunda parte con un colchón que siempre fue entorno a los 4-5 puntos y que incluso a pocos minutos del final se llegó a tener 11 de ventaja, pero la URSS apretó, hasta acercarse a un sólo punto, en unos instantes finales donde a la selección nacional le costaba mucho anotar y por eso esa canasta de Epi fue gloriosa, donde el jugador del FC Barcelona ponía la guinda a un gran encuentro secundado por su compañero de equipo, «Chicho» Sibilio. Llama la atención en gran partido que se marcó Sabonis en la primera parte, haciendo mucho daño y viviendo un gran duelo con Fernando Martín, apagado más en la segunda al estar cargado de faltas y de hecho estar eliminado. Lo mismo le ocurrió a un Corbalán eliminado cuando quedaban 6 minutos, con lo que la responsabilidad de ser el base en los minutos decisivos fue para Solozabal.

De este partido llaman la atención los siguientes detalles en el juego:

  • Tiene que ver más con el reglamento, pero de lo más importante de ese choque es que el reloj no se paraba después de canasta ni siquiera en los dos últimos minutos (se empezó a aplicar bien entrados los años 90). Por eso fue clave esa canasta de Epi a falta de nueve segundos para poner una ventaja de tres puntos, ya que después de la canasta el reloj seguía corriendo y aunque la URSS atacó rápido y le dio tiempo de anotar a falta de 2 segundos… Pero como nadie cogió el balón ahí se acabó el partido.
  • Aunque las posesiones eran de 30 segundos, casi nunca se agotaban jugándose a un altísimo ritmo con lo que era normal ver resultados altos.
  • El perfil del pívot era el de un jugador alto y rocoso anotando casi siempre bajo el aro y viéndose intensas luchas por el rebote. La idea del «cuatro» o del poste polivalente capaz de jugar por fuera o tener un aceptable tiro a media distancia no era importante. Por ello es de valorar mucho la gran evolución que tuvo durante su carrera Arvydas Sabonis.
  • El hecho de que no existiese la línea del triple y que todos los tiros de campo valiesen dos puntos, hacía que las defensas fuesen más cerradas. Y los tiros exteriores eran a unos cuatro o cinco metros como mucho del aro.
  • Los árbitros pitaban muchísimas faltas. Cualquier mínimo contacto era señalizado y eso hacía que los jugadores se cargasen rápidamente. En este partido, dos jugadores determinantes como Sabonis y Corbalán son eliminados con muchos minutos por delante, mientras que Fernando Martín a los diez minutos de partido ya llevaba tres faltas personales… Sin embargo, dentro de esa falta de permisividad en cuanto a contactos digamos que «visibles», debajo del aro los pívots se daban mucha pero que mucha cera, pudiendo haber de todo en un rebote y ahí sí que se pitaba muy poco.
  • Llama mucho la atención cómo los entrenadores casi no rotaban… Ya no es que usasen a pocos jugadores en un mismo partido, si no que quien estaba en la pista quedaba durante muchos minutos incluso sin protegerle de las faltas. En la semifinal del Eurobásket se puede apreciar como Fernando Martín hace la tercera falta a mitad de la primera parte y aún sigue muchos minutos en pista, pero en el tramo final está en el banquillo y los postes que están son Andrés Jiménez y Fernando Romay. O también el caso de un Juan Antonio Corbalán que estaba siendo muy importante y al que se le mantiene en pista hasta que comete la quinta a falta de seis minutos, teniendo que salir en esos instantes decisivos un hasta entonces casi inédito Nacho Solozabal.

Y en cuanto a las reglas más destacadas que sirven para entender muchas cosas y que a más de uno sorprendan.

  • Los partidos se jugaban a 2 partes de 20 minutos y siempre es empezaba con un salto entre dos. Si había una lucha, se hacía otro salto entre dos en la «bombilla» más próxima (por eso el círculo de la zona estaba dibujado al completo con media circunferencia con línea discontinua). El cambio a los cuatro periodos de diez minutos y la aplicación de la norma de la «flecha de alternancia» se introdujeron a finales de los 90.
  • Las posesiones eran de 30 segundos aunque, como dijimos, no era habitual que los equipos hiciesen ataques largos salvo en situaciones de final de partido.
  • Lo más llamativo… ¡No había línea de triple!, y en consecuencia todos los tiros de campo valían dos puntos, aunque no tardó en ponerse tal y como venía sucediendo desde mucho antes en la NBA. Concretamente comenzó al año siguiente, a partir de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, y ello tuvo una gran influencia en el juego a partir de entonces.
  • En los saques de banda e infracciones como los pasos, dobles, etc. los árbitros nunca tocaban el balón con lo que era todo mucho más rápido y dinámico. El que se introdujese la norma de que los colegiados debiesen tocar el balón se hizo para que estuviesen colocados y tuviesen un mayor control de lo que ocurría en la pista, pero obviamente eso hizo que los partidos perdiesen ritmo a partir de entonces o simplemente que pillar al equipo rival en un «contraataque» después de un saque fuese imposible.
  • Al haber dos partes de 20 minutos en vez de 4 periodos, se entraba en bonus a partir de la séptima falta, es decir desde la octava eran dos tiros libres, pero el entrenador si lo deseaba podía escoger sacar de banda.
  • Otra de las cosas que llaman mucho la atención es que todas las faltas de tiro eran sancionadas con la norma del 3X2. No es una oferta del supermercado, si no que el lanzador tenía hasta tres oportunidades para anotar dos tiros libres. Si lo hacía a la primera ya estaba, pero si fallaba alguno de sus lanzamientos tenía un tercer intento extra. Este partido del Eurobásket es un buen ejemplo para entender una norma que casi nadie recordaba y que se eliminaría cinco años más tarde.

El baloncesto que hoy conocemos se parecía más al que practicaban ya entonces en la NBA… Y es que con el paso de los años la FIBA se dio cuenta que el modelo norteamericano era el que más triunfaba y protegía el espectáculo normativamente y en cuanto a la aplicación de reglas (allí lo de que las estrellas de los dos equipos estuvieran eliminados por faltas con muchos minutos por delante sería impensable). Todas las reformas que se han hecho han sido fijándonos en ese modelo, aunque ello será objeto de un próximo episodio…

Foto: Anatoli Myshkin defendido la semifinal del Eurobásket’83 por Andrés Jiménez y Juan Antonio San Epifanio «Epi».