Decenas de personas participaron en la charla-coloquio organizada por el Ciudad de Ponferrada (CdP) en el Lydia Valentín y que contó con la intervención de expertos formadores en el ámbito deportivo y académico.
La charla-coloquio ‘Baloncesto y estudios: Caminos paralelos’ reunió a un centenar de personas en el Pabellón Lydia Valentín de la capital berciana. Organizada por el Club Baloncesto Ciudad de Ponferrada (CdP), contó con la intervención de Juan José Martínez, que fue árbitro ACB durante 16 temporadas y es orientador y psicólogo en el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Ponferrada; Luis Daniel Enríquez, entrenador y exdirector del Colegio La Asunción; Jesús Rodríguez Martínez “Chuso”, psicólogo del club y en la Clínica Roma; Jorge Fernández “Tore”, exjugador y actual coordinador deportivo del CdP; y Rasmus Blak, jugador danés del Clínica Ponferrada SDP que estudia Matemáticas Aplicadas en la Syd DanskUniversitet (SDU).
Todos ellos, a través de una interacción ágil y muy dinámica, consiguieron dar una perspectiva multidisciplinar y transversal para poder compatibilizar estudios y deporte, dos disciplinas que a menudo parecen “enfrentadas” y cuya coexistencia a veces resulta imposible en nuestra sociedad debido a que pueden generar problemas de organización dentro de la estructura familiar y a la hora de gestionar un club que, como el CdP, trata de crecer desde la base formando en valores. El debate, moderado por Luis David Rodríguez, coordinador de cantera del CdP, se vertebró a partir de conceptos genéricos que desembocaron en un debate con un valor muy didáctico para los jóvenes jugadores de las categorías de formación del club presidido por Óscar García, muchos de los cuales participaron en esta actividad formativa a diferentes niveles.
Conceptos como la disciplina y la organización sirvieron de hilo conductor para llegar a la conclusión de la necesidad de compatibilizar el deporte, no sólo el baloncesto, con la vida académica, algo que, según Blak, requiere «sacrificio» y «trabajo duro» y que Enríquez calificó como «experiencia de vida» para superar frustraciones gracias a la «motivación intrínseca del deporte» a través de lo que llamó «microsociedades» en equipos y la sociedad en general. Sin duda, para ello es «fundamental», como apuntó Fernández, el apoyo de la familia, mientras que Martínez puso más énfasis en la necesidad de «convivir con el error» y «valorar más el esfuerzo que el resultado» como pasos para mejorar. Rodríguez, por su parte, se centró en la «gestión de la presión» y el «nivel de atención», tratando de «hacer que el deporte sea beneficioso para los estudios» como elemento dinamizador para posibilitar esa coexistencia entre estas dos actividades a través de una necesaria planificación.