Tras sufrir un pinchazo en un entrenamiento de la semana, y una vez realizadas las pertinentes pruebas médicas, el diagnóstico clínico del jugador indica un pequeño desgarro fibrilar de 8-9 mm en el tercio proximal del muslo.

Esta lesión le mantendrá apartado de la dinámica del equipo durante un periodo estimado de 2-3 semanas.