A CONTINUACIÓN REPRODUCIMOS EL ARTICULO QUE LA ANTIGUA UNIVERSIDAD DE SEAN MCDONNELL LE HA DEDICADO REPASANDO SU TRAYECTORIA
Sean William McDonnell ha dejado un recuerdo impresionante a la parroquia berciana durante las dos temporadas que ha estado con nosotros, pero antes de ello tuvo un primer año en Liga EBA con el CB Cantaires de Tortosa en lo que era su primera aventura después de finalizar su etapa universitaria.
En Estados Unidos, un momento clave fue su fichaje por «Westmont College», una universidad de marcado carácter religioso y que está ubicada en la localidad de Santa Bárbara (conocida en España por la serie de televisión de finales de los años 80 que llevaba ese mismo nombre y seguía la estela de otras como «Dinastía» o «Dallas»). Ahí llegó en su segundo año universitario para disputar la NAIA, que la organización alternativa a la NCAA en Estados Unidos, y donde se ha ido convirtiendo en el jugador que es hoy en día.
Os invitamos a leer este artículo, donde se repasa la carrera de Sean McDonnell, pero además se cuentan interesantes aspectos a través de las declaraciones de su entrenador en Westmont, John Moore.
El jugador del equipo de baloncesto masculino de la Universidad de Westmont, Sean McDonnell, ha ascendido en el ranking del baloncesto profesional extranjero desde agosto de 2017, jugando para tres equipos desde su graduación en mayo de ese año.
El primer contrato en España de McDonnell fue con CB Cantaires Tortosa en la temporada 2017-18, antes de permanecer en el país para jugar con CB Ciudad de Ponferrada durante las campañas 2018-19 y 2019-20. Además, compitió con el Yuk Fai de Hong Kong en verano del año 2019.
«Los primeros años han sido rutinarios», asegura McDonnell. «Mucha gente piensa que una vez que estás allí, estás ganando un montón de dinero y llevando un alto nivel de vida, pero en los niveles más bajos esa no es la realidad. Una vez dicho eso, la experiencia ha sido increíble para mí. He sido capaz de crecer como persona y jugador, viajar alrededor de Europa y, lo más importante, ganando dinero haciendo lo que me gusta. Cada año mi situación ha ido mejorando, así que realmente no tengo quejas. Cualquier cosa que persigas en tu vida va a tener baches».
Esa rutina ha valido la pena para McDonnell. En la temporada 2017-18 promedió 17,2 puntos y 7,6 rebotes por partido con Cantaires Tortosa, compartiendo equipo con su compañero en Wetmond College, Cory Blau. La siguiente temporada ya fue con su actual club, CB Ciudad de Ponferrada, incrementando dichos números a 19,4 puntos y 7,7 rebotes para formar parte del quinteto ideal de Liga EBA. Ese mismo año, su equipo ganó la competición y logró el ascenso a LEB Plata.
En la reciente temporada 2019-20, McDonnell consiguió varias designaciones como MVP de la jornada y fue el tercer máximo anotador de la liga, promediando 16,8 puntos por partido antes que la liga fuese suspendida debido al COVID-19. «Como jugador he sido capaz de mejorar cada parte de mi juego. En el extranjero no esperan únicamente que seas capaz de darlo todo en la cancha, pero te animan a lograrlo. Me he convertido en un mejor jugador en cada aspecto del juego».
EL CRECIMIENTO DE MCDONNELL CONTINÚA UNA TENDENCIA QUE SE INICIÓ EN SU ETAPA EN WESTMONT
«Si cada jugador creciese tanto como McDonnell hizo en sus tres temporadas, superaría todas las expectativas», comentó el entrenador de Westmont, John Moore. «El crecimiento de Sean ha sido inspirador. No se permitió a sí mismo ser atrapado por las expectativas, así que sus habilidades se han disparado».
McDonnell fue transferido a Westmont procedente de Big Bend CC justo antes de su segundo año universitario («sophomore»). En su primera temporada como «Warrior», el equipo alcanzó el partido por el título nacional de la NAIA, su mejor final de la historia reciente. El verano siguiente, cuando McDonnell estaba entrando en su año «Junior» (tercera campaña como jugador universitario) es el momento en que Moore vio su tremendo crecimiento y supo que tenía lo que necesitaba para dedicarse profesionalmente al baloncesto.
«Sean estaba decepcionado con los minutos jugados y mejoró significativamente cuando comenzaba su temporada ‘Junior'», aseguró Moore. «De hecho mejoró de un año a otro como ningún otro jugador de los que he entrenado. Aceleró para llegar a tope a la línea de salida de esa campaña y nunca miró atrás». Como «junior», McDonnell dejó una tarjeta de 7,1 rebotes por partido y fue el segundo máximo anotador del equipo con un promedio de 14,8 puntos. Westmont finalizó con un balance de 21-11 y se clasificó para el torneo nacional de la NAIA.
Posteriormente, como «Senior» (cuarto y último año universitario) McDonnell incrementó su promedio en rebotes hasta los 7,6 por partido y una vez más en dobles dígitos en cuanto a puntos anotados (12,1). Su contribución ayudó a los «Warriors» a finalizar la liga regular con un balance de 25-8 y alcanzar los octavos de final del torneo nacional de la NAIA.
Según Moore, durante su etapa «junior» y «senior» McDonnell se convirtió en un líder de equipo: «era un ‘Warrior’ hambriento y encontró el rol perfecto para él mismo durante esas temporadas. Estaba completamente perdido en el equipo y se convirtió en un tremendo líder, siendo tenaz consigo mismo y positivo con sus compañeros, y creciendo en todas las áreas de liderazgo durante su etapa en Westmont. Sean tiene los intangibles que todo entrenador desea en un jugador: una voz positiva en el vestuario, una tenaz ética de trabajo en el vestuario y un carácter optimista como compañero de equipo».
McDonnell finalizó su carrera siendo el séptimo jugador de la historia del equipo en el ranking de porcentaje de tiros de campo, y el vigésimo quinto máximo reboteador, a pesar de jugar sólo tres temporadas en Westmont. «Sean fue uno de los mejores reboteadores ofensivos de nuestra historia, era implacable y corría en la pista yéndose de su defensor cada noche y durante toda la noche. Y ello con dosis de persistencia, empeño y fortaleza mental…Sean tenía esas tres características psíquicas en grandes cantidades», afirmó Moore.
El durante 27 años entrenador principal de Westmont ha sido uno de los más grandes fans de McDonnell mientras se estaba convirtiendo en jugador profesional: «he recomendado con entusiasmo a Sean a cada agente, ‘general manager» y entrenador a los que he escuchado hablar de sus habilidades como jugador, líder y compañero de equipo. Él significa un gran activo de nuestra universidad porque encarna lo que el proyecto educativo de Westmont conlleva a nivel de desarrollo personal: crecimiento, madurez y ahondar en la comprensión de aquello que es más importante. Sean aprovechó lo mejor que Westmont tiene que ofrecer, y lo hizo con un profundo aprecio».
MCDONNELL RESPALDA LA AFIRMACIÓN
«Alabo enormemente a Westmont y sus entrenadores por hacerme capaz de afrontar la adversidad», asegura McDonnell quien prosigue: «antes de llegar allí nunca había sido retado en un contexto baloncestístico. Tener que estar sentado en el banquillo hasta que mejorase y aprendiese a tomar la dirección correcta me ayudo a ser más entrenable y, honestamente, era la primera vez que realmente se me enseñaba a jugar en ese nivel. Nunca me había planteado el juego como el entrenador Moore me enseñó y eso me hizo mejor jugador sin duda».
El ex «Warrior» sigue estimando sus recuerdos en el equipo de Westmont: «A lo que le guardo más cariño es a las horas muertas con los compañeros y los viajes. Sigo en contacto con un montón de ellos y no creo que degustásemos aquellos momentos como habríamos debido hacerlo cuando estábamos allí. Teníamos un grupo impresionante».
La temporada de LEB Plata en España está actualmente suspendida debido a la epidemia del COVID-19. McDonnell alabó a su club por actuar rápidamente y ayudar a los jugadores extranjeros a volver a casa con seguridad, donde se encuentra actualmente en Encinitas. Incluso si la temporada se reanudase, algo que cree improbable, el jugador permanecerá en Estados Unidos al menos hasta el verano, cuando su actual contrato con el equipo expira.
«Su profunda hambre y amor por el baloncesto ayudó a nuestro equipo y ahora le ayuda a él a seguir adelante en su amor por el baloncesto a nivel internacional. No es fácil ser un jugador de baloncesto en el extranjero, pero Sean ha sido generoso en cuanto a su actitud y profesionalismo», asegura Moore.
MCDONNELL ESTÁ ENTUSIASMADO POR LO QUE LE ESPERA EN SU CARRERA PROFESIONAL
«Seguiré jugando mientras mi cuerpo me lo permita y mientras me siga divirtiendo, espero que por otros diez años o así. Mi trayectoria está mejorando realmente y quiero ver hasta dónde puedo llegar», comenta McDonnell.
Texto original: https://athletics.westmont.edu/news/2020/4/28/200428_MBB.aspx
Foto: Propiedad de «Red Blanquiazul»