La ficha del partido:
Clínica Ponferrada SDP, 89 (21+20+29+19): David Òrrit (16), Pau Treviño (6), Sergio Romero (9), Rubén Salas (9), Riley Hayes (10) –cinco inicial-; Jamie Bergens (11), David Efambe (8), Rasmus Blak (-), Álex López (-), Josep Fermí Cera (10), y Ousman Sima (10). –Entrenador: Oriol Pozo.
UEMC Baloncesto Valladolid, 67 (21+21+15+10): Samuel Taiwo (2), Isaac Haney(8), Pablo Marín (8), Iñaki Ordóñez (9), Pablo Martín (5) –cinco inicial-; Jacob Hanna (11), Juan García-Abril (2), Pau Isern (14) y Eduard Arqués (6). –Entrenador: David Barrio.
Árbitros: Rodrigo Gallego Saldaña y Saúl Pérez Hernández.
Incidencias: Partido correspondiente a la 7ª jornada del Grupo Oeste de la Segunda FEB celebrado en Pabellón Lydia Valentín de Ponferrada.
El Clínica Ponferrada SDP firmó un partido memorable en el derbi regional para vencer por 89-67 y acabar con la imbatibilidad de uno de los mejores equipos del Grupo Oeste de la Segunda FEB, el Baloncesto Valladolid, un mero invitado al espectáculo del que disfrutó la afición berciana con su equipo, que ofreció una actuación coral de muchos quilates para asentarse entre los primeros clasificados.
De hecho, tuvo cinco jugadores cuya anotación alcanzó los dobles dígitos y tres que se quedaron muy cerca, lo que se sumó a un trabajo defensivo excelso –concedió 25 puntos en la segunda mitad- para desactivar a uno de los mejores ataques de la categoría, muy desacertado desde el exterior y el tiro libre pese a tener muchos más intentos. Desde los 6,75 se lució el equipo berciano en una tarde para el recuerdo.
El inicio ya fue el soñado para los bercianos gracias a los triples de Rubén Salas y Sergio Romero, quienes acabaron con 9 puntos. Además, se sumó Riley Hayes, que aportó 10, dominando y castigando en el aro pucelano y se aprovechó el bonus en faltas, ya que los visitantes fueron sancionados con las cinco sin que los bercianos hubieran cometido ninguna. Problemas para Pablo Marín, que cometió pronto la segunda.
Llevaron la iniciativa en los primeros minutos los locales, pero se equilibró el choque a pesar de haber acercado la diferencia al +10 después de un pleno desde los 4,60 de David Òrrit, máximo anotador del envite con 16 tantos. Especial importancia en la reacción vallisoletana tuvieron las entradas en pista de Jacob Hanna y de Pau Isern, que puso con sendos tiros libres el 21-21 con el que acabó el primer cuarto.
Cambió la orientación del bonus en el segundo periodo, ya que la cuarta falta de los locales fue señalada a los cuatro minutos, mientras los vallisoletanos “habían cometido” solamente una. Hasta el 6-1 en faltas se fue la diferencia después de que los de David Barrio hubieran acercado su ventaja a la decena con un parcial de 0-8 y los blanquiazules hubieran recortado gracias al buen trabajo de Hayes en la pintura.
Merced a los tiros libres –nueve más lanzó hasta el descanso– se pareció escapar el equipo visitante, pero el cuadro berciano se aferró a la defensa para secar a sus rivales y firmar un parcial de 11-0 en el que brilló Òrrit y que culminó David Efambe con un mate tras robo después del primer triple de Jamie Bergens. Otro tiempo muerto de David Barrio precedió a las canastas de Hanna que pusieron el 41-42 al descanso.
Además de hacer un enorme trabajo, aguantó Pau Treviño con tres faltas, las mismas que obligaron a Samuel Taiwo a sentarse en un momento dulce tras el descanso de los blanquiazules, que habían recuperado la iniciativa con los triples de Romero y un Salas que lo dio todo defensa (7 rebotes). El valenciano aún volvió a acertar desde más allá del arco y la inestimable aportación de Hayes por dentro sirvió para abrir brecha.
Aguantó como pudo el cuadro visitante, pero la aportación de Efambe fue fundamental en defensa y en ataque. Además, Ousman Sima anotó desde el exterior en un despiste de la defensa rival y otro triple de Bergens, que sumó 11 puntos, elevó la diferencia al doble dígito. Josep Fermí Cera, que llegó a los 10, culminó un parcial de 12-0 tras recibir una antideportiva y antes de que Isern, el infractor, pusiera el 70-57.
Así comenzó el cuarto asalto, con el cuadro pucelano soñando con un milagro para una remontada que fue una utopía cuando Efambe, que rozó el doble-doble con 8 puntos y 9 rebotes, anotó precisamente tras un rebote ofensivo y acercó la renta ponferradina a la veintena. Pese al tiempo muerto, la superó tras un triple de Òrrit con el público totalmente entregado y después de una canasta de Sima sobre la bocina.
La primera canasta en juego de los visitantes en el último cuarto, un triple de Isern, llegó tras seis minutos de sequía, muestra evidente del nivel defensivo de los de Oriol Pozo en este tramo del duelo. Sin embargo, pareció rebajar su dureza y se redujo levemente la diferencia, aunque el tiempo muerto del míster local, Oriol Pozo, reactivó a los suyos para cerrar el partido con el 89-67 tras la última acción de Iñaki Ordóñez.